Se acaba el verano 2013, se acabo eso de levantarnos tarde y no pisar la casa en todo el día. Eso de salir de noche y dormir siesta. Se va el calor, los pantalones cortos y los chapuzones de madrugada. Vuelven las madrugadas del frío mañanero. Vuelven los 'Odio los lunes', 'No salgo porque tengo que estudiar', y el '¿4'5 es aprobado no?'. Y ahora que los días van siendo cada vez más cortos y el frío ya está llamando de nuevo a nuestra puerta, me paro a pensar, y aunque probablemente este no haya sido el mejor verano de mi vida, si que ha sido el que más me ha hecho aprender. De hecho he aprendido que las personas van y vienen de tu vida, que hay que saber quien merece tu confianza y quien no y que los para siempre suelen convertirse en 'para un rato'. De igual forma me he dado cuenta de que la vida puede cambiarte completamente en un instante, que no es bueno acostumbrarte a nada y que no hay que obligar a nadie a permanecer en tu vida. Las cosas, las personas, los sentimientos cambian, pero lo que esta destinado a ser, de una forma u otra será. Solo espero poner en practica en esta nueva etapa de mi vida todo lo que en este tiempo he ido aprendiendo, y sobre todo espero no equivocarme ni en cuanto decisiones ni en cuanto a personas. Verano 2014, te espero con ansia. Segundo de Bachiller, allá vamos.