La lluvia cae una vez más al suelo, y se hace difícil todo esto. Siento dolor dentro de mí pero realmente no sé el por que. Llevamos nueve días de este nuevo año, el 2013 se acabó, y he reído, he disfrutado, he salido, me he disfrazado, he bailado como nadie, he viajado,
mucha gente ha salido de mi vida, pero muchas otras han entrado, he amado, he
llorado, he luchado, pero sobre todo he aprendido. Este fin de año preferí emborracharme de sentimientos, de emociones,
y guardar mis lagrimas. Este año la fuerza debe de acompañarme y aguantar, que
me de razones para pensar que el 2014 será un buen año. En la noche vieja desaparecí y volví con la esperanza de
que este año va ha ser mi año, no van a haber lagrimas, y si las hay se secan y
se sigue como si nada hubiese ocurrido. Y ahora llegó el momento, salir a la
calle, sentir que el aire frío en mi
cara congela mis lágrimas, y las hace desaparecer. Se acabó un mal año, pero
empieza otro mejor, y nadie, NADIE me lo va a estropear.
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