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sábado, 15 de septiembre de 2012

Algo tan sencillo como hacerte feliz.

Voy a estar contigo ¿Sabes? Que no sé, cuando me enamoré de ti, ni cuanto, porque no hay metros cúbicos ni litros para medir todo eso, pero si sé porque. Porque cuando andas con catarro hueles a medico. Porque tienes un hueco aquí, entre el hombro y el pecho y cuando apoyo la cabeza me siento en casa. Y porque todas las fotos que tengo tuyas sales siempre sonriendo, en todas.

-Y tú , Aitor, ¿Porque te enamoraste de mí?
+Yo no escogí enamorarme de ti, pero la primera vez que te besé, nuestros dientes se rozaron por una milésima de segundo. Y fue increíble. Y la hora exacta de ese beso eran las doce y tres. Quité la pila del reloj para que se quedase la hora detenida para siempre. Parada. El minuto exacto en el que me besaste esta metido en un reloj. Para siempre. Y ya nunca sé que hora es. Pero me da igual. Y desde entonces miro constantemente el reloj. ¿Sabes lo que me gustaría? estas contigo tumbados en la hierba, mirando la luna esa naranja, que hay algunas noches de verano y que empezara a nevar. Sentir los copos en la cara, y tu mano.

Una vez le preguntaron a un fotógrafo de guerra, porque había elegido esa profesión, el contestó que si pudiera contar con palabras todo lo que veía, no necesitaría cargar todo el día con una cámara de fotos, que ciertos momentos de belleza, de desolación, de horror, y de heroísmo, estaban mas allá de las palabras. Yo también lo creo. Hay cosas que no podemos expresar con simples palabras. Cosas como seguir vivos, sentimientos como el amor o el compromiso, o sensaciones como volver a abrazar a un amigo. Quizá por eso nuestra vida se compone de imágenes, momentos que se quedan congelados en el tiempo para siempre, de decisiones que cambian sin remedio el rumbo de las cosas, de fotografías fijas guardadas en la memoria, que nos recuerdan cada día lo hermoso que es vivir.

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